martes, 26 de julio de 2011

A 59 años de la muerte de Evita

Al cumplirse 59 años de la desaparición física de la “abanderada de los humildes”, María Eva Duarte de Perón, les acercamos este video.

El 9 de enero de 1950, mientras inauguraba el nuevo local del Sindicato de Conductores de Taxis, Evita se desmayó. Poco después, los médicos le diagnosticaban cáncer de útero. A partir de ese momento, empezó un largo padecimiento. El 26 de julio de 1952, a las 20.25, Evita dejaba este mundo. Durante la última etapa de su agonía, Evita  escribió Mi mensaje, el libro del que transcribimos el capítulo “Mi voluntad suprema”.

Mi voluntad suprema

Eva Perón, Mi mensaje, Ediciones del Mundo, Buenos Aires, 1987.

Quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo. Esta es mi voluntad absoluta y permanente y será también por lo tanto cuando llegue mi hora, la última voluntad de mi corazón. Donde esté Perón y donde estén mis descamisados allí estará siempre mi corazón para quererlos con todas las tuerzas de mi vida y con todo el fanatismo de mi alma. Si Dios lo llevase del mundo a Perón antes que a mí yo me iría con él, porque no sería capaz de sobrevivir sin él, pero mi corazón se quedaría con mis descamisados, con mis mujeres, con mis obreros, con mis ancianos, con mis niños para ayudarlos a vivir con el cariño de mi amor: para ayudarlos a luchar con el fuego de mi fanatismo; y para ayudarlos a sufrir con un poco de mis propios dolores. Porque he sufrido mucho; pero mi dolor valía la felicidad de mi pueblo... y yo no quise negarme -yo no quiero negarme- yo acepto sufrir hasta el último día de mi vida si eso sirve para restañar alguna herida o enjugar alguna lágrima.

Pero si Dios me llevase del mundo antes que a Perón yo quiero quedarme con él y con mi pueblo, y mi corazón y mi cariño y mi alma y mi fanatismo seguirán en ellos, seguirán viviendo en ellos haciendo todo el bien que falta, dándoles todo el amor que no les pude dar en los años de mi vida, y encendiendo en sus almas todos los días el fuego de mi fanatismo que me quema y me consume como una sed amarga e infinita.

Yo estaré con ellos para que sigan adelante por el camino abierto de la justicia y de la libertad hasta que llegue el día maravilloso de los pueblos. Yo estaré con ellos peleando en contra de todo lo que no sea pueblo puro, en contra de todo lo que no sea la "ignominiosa" raza de los pueblos. Yo estaré con ellos, con Perón y con mi Pueblo, para pelear contra la oligarquía vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y de los mercaderes de los pueblos. Dios es testigo de mi sinceridad; y él sabe que me consume el amor de mi raza que es el pueblo. Todo lo que se opone al pueblo me indigna hasta los límites extremos de mi rebeldía y de mis odios. Pero Dios sabe también que nunca he odiado a nadie por sí mismo, ni he combatido a nadie con maldad sino por defender a mi pueblo; a mis obreros, a mis mujeres, a mis pobres "grasitas" a quienes nadie defendió jamás con más sinceridad que Perón y con más ardor que "Evita". Pero es más grande el amor de Perón por el pueblo que mi amor; porque él, desde su privilegio militar, supo encontrarse con el pueblo, supo subir hasta su pueblo, rompiendo todas las cadenas de su casta. Yo, en cambio, nací en el pueblo y sufrí en el pueblo. Tengo carne y alma y sangre del pueblo. Yo no podía hacer otra cosa que entregarme a mi pueblo. Si muriese antes que Perón, quisiera que esta voluntad mía, la última y definitiva de mi vida sea leída en acto público en la Plaza de Mayo, en la Plaza del 17 de Octubre, ante mis queridos descamisados.

Quiero que sepan, en ese momento, que lo quise y que lo quiero a Perón con toda mi alma y que Perón es mi sol y mi cielo. Dios no me permitirá que mienta si yo repito en este momento una vez más, como León Bloy que "no concibo el cielo sin Perón". 

Pido a todos los obreros, a todos los humildes, a todos los descamisados, a todas las mujeres, a todos los pibes y a todos los ancianos de mi Patria que lo cuiden y lo acompañen a Perón como si fuese yo misma. Quiero que todos mis bienes queden a disposición de Perón como representante soberano y único del pueblo. Deseo que todos mis bienes, que considero en gran parte patrimonio del pueblo y del movimiento peronista que es del pueblo; y que todo lo que dé La Razón de mi Vida y Mi Mensaje sean considerados como propiedad absoluta de Perón y del pueblo argentino. Mientras viva Perón él podrá hacer lo que quiera de todos mis bienes: venderlos, regalarlos e incluso quemarlos si quisiera, porque todo en mi vida le pertenece, todo es de él, empezando por mi propia vida que yo le entregué por amor y para siempre, de una manera absoluta. Pero después de Perón, el único heredero de mis bienes debe ser el pueblo y pido a los trabajadores y a las mujeres de mi pueblo que exijan, por cualquier medio, el cumplimiento inexorable de esta voluntad suprema de mí corazón que tanto los quiso. Todos los bienes que he mencionado y aún los que hubiese omitido deberán servir al pueblo, de una o de otra manera. El dinero de La Razón de mi Vida y de Mi Mensaje lo mismo que la venta o el producido de mis propiedades deberá ser destinado a mis descamisados. Quisiera que se constituya con todos esos bienes un fondo permanente de ayuda social para los casos de desgracias colectivas que afecten a los pobres y quisiera que ellos lo aceptasen como una prueba más de mi cariño.

Deseo que en estos casos, por ejemplo, se entregase a cada familia un subsidio equivalente a los sueldos y salarios de un año, por lo menos.

También deseo que, con ese fondo permanente de Evita, se instituyan becas para que estudien hijos de los trabajadores y sean así los defensores de la doctrina de Perón por cuya causa gustosa daría mi vida. Mis joyas no me pertenecen. La mayor parte fueron regalos de mi pueblo. Pero aún las que recibí de mis amigos o de países extranjeros, o del General, quiero que vuelvan al pueblo. No quiero que caigan jamás en manos de la oligarquía y por eso deseo que constituyan, en el museo del Peronismo, un valor permanente que sólo podrá ser utilizado en beneficio directo del pueblo. Que así como el oro respalda la moneda de algunos países, mis joyas sean el respaldo de un crédito permanente que abrirán los bancos del país en beneficio del pueblo, a fin de que se construyan viviendas para los trabajadores de mi Patria. Desearía también que los pobres, los ancianos, los niños, mis descamisados sigan escribiéndome como lo hacen en estos tiempos de mi vida y que el monumento que quiso levantar para mí el Congreso de mi Pueblo recoja las esperanzas de todos y las convierta en realidad por medio de mi Fundación; que quiera siempre pura como la concebí para mis descamisados. Así yo me sentiré siempre cerca de mi pueblo y seguiré siendo el puente de amor tendido entre los descamisados y Perón. Por fin quiero que todos sepan que si he cometido errores los he cometido por amor y espero que Dios que ha visto siempre mi corazón, me juzgue, no por mis errores, ni mis defectos, ni mis culpas que fueron muchas, sino por el amor que consume mi vida. Mis últimas palabras son las mismas del principio: quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo.

Dios me perdonará que yo prefiera quedarme con ellos porque él también está con los humildes y yo siempre he visto en cada descamisado un poco de Dios que me pedía un poco de amor que nunca le negué.

Fuente: El Historiador

miércoles, 29 de junio de 2011

La muerte de Juan Domingo Perón

El 1º de julio de 1974 murió en Buenos Aires el entonces presidente Juan Domingo Perón. Reproducimos a continuación un artículo aparecido a finales de julio de 1974 que relata el deceso y las repercusiones de la muerte del líder justicialista.

Fuente: Documentos de Siete Días Ilustrados, “Perón. El hombre, el líder”, julio de 1974.

Las honras fúnebres
El lunes 1º de julio, a las 14.10, María Estela Martínez de Perón –en ejercicio de la presidencia desde el sábado 29 de junio- anunció a todo el país el fallecimiento del teniente general Juan Domingo Perón. Poco después se conocía el parte médico en que los doctores Pedro Cossio, Jorge Taiana, Domingo Liotta y Pedro Eladio Vázquez certificaban las causas de la muerte de Perón. Decía así: “El señor teniente general Juan Domingo Perón ha padecido una cardiopatía isquémica crónica con insuficiencia cardíaca, episodios de disritmia cardíaca e insuficiencia renal crónica, estabilizadas con el tratamiento médico. En los recientes días sufrió agravación de las anteriores enfermedades como consecuencia de una broncopatía infecciosa. El día 1º de julio, a las 10.25, se produjo un paro cardíaco del que se logró reanimarlo, para luego repetirse el paro sin obtener éxito todos los medios de reanimación de que actualmente la medicina dispone. El teniente general Juan Domingo Perón falleció a las 13.15”.

Poco después de las 14.10 el secretario general de la CGT, Adelino Romero, decretaba –en señal de duelo- un cese general de actividades; medida que fue imitada por Julio Broker, titular de la CGE, quien invitó a los empresarios de todo el país a sumarse al duelo. Por un conflicto que mantenían los trabajadores gráficos con las empresas periodísticas, ese día no aparecieron los diarios en el país, que sólo pudieron dar la noticia del fallecimiento en la madrugada del 2 de julio.

Inmediatamente después de su muerte, los restos de Perón fueron instalados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, vestido con uniforme militar, donde se lo veló hasta las 8 del día 2. A esa hora fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, donde arribaron a las 9.40, rezándose una misa de cuerpo presente. Colocado en una cureña, el féretro, flanqueado por granaderos, fue conducido al Palacio Legislativo. Allí permaneció hasta las 9.30 del jueves 4.

Se calcula que mientras el cuerpo de Perón estuvo expuesto en el Congreso, unas 46 horas y media, desfilaron ante el féretro casi 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder. Sin embargo, y a pesar del fuerte aguacero –hasta las 9 del jueves 4 llovieron sobre Buenos Aires 14 milímetros-, una multitud incalculable se concitó a lo largo de las avenidas Callao y del Libertador para rendir homenaje –al paso del cortejo- al presidente desaparecido. Dos mil periodistas extranjeros informaron de todos los detalles de las exequias.

Tres primeros mandatarios llegaron a Buenos Aires para sumarse al duelo de los argentinos: Juan María Bordaberry, de Uruguay; Hugo Banzer, de Bolivia, y Alfredo Stroessner, del Paraguay. Antes de que se iniciara la marcha hacia Olivos, en el Congreso, doce oradores despidieron al muerto: Benito Llambí, en representación de los ministros; José Antonio Allende, por los senadores; Raúl Lastiri, en nombre de los diputados; Miguel Ángel Bercaitz, por la Corte Suprema de la Nación; el teniente general Leandro E. Anaya, en representación de las Fuerzas Armadas; el gobernador riojano Carlos Menem, en nombre de sus colegas de todas las provincias; Ricardo Balbín, por los partidos políticos; Duillo Brunillo y Silvana Rota, por el Partido Justicialista; Lorenzo Miguel, de las 62 Organizaciones; Adelino Romero, de la CGT, y Julio Broker, por la CGE. En Olivos, el féretro fue conducido a pulso desde la cureña hasta la capilla de Nuestra Señora de la Merced; una salva de 21 cañonazos prologó la misa y el responso pronunciado por el capellán de granaderos Héctor Ponzo.

Los ecos
La repercusión de la muerte del teniente general Juan Domingo Perón alcanzó un eco sin precedentes en la Argentina y conmovió a grandes personalidades de todo el mundo. Esa consternación quedó evidenciada no sólo en las condolencias que convergieron sobre Buenos Aires, sino en una especie de súbita parálisis que se verificó en algunas capitales del exterior.

En Moscú, por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y el secretario general del Partido Comunista de URSS, Leonid Brézhnev, interrumpieron el diálogo que mantenían desde días atrás, para expresar su adhesión al duelo. Otro tanto sucedió con las reuniones de la FAO que se celebraban en Roma; e igual decisión se tomó, en Ginebra, en la Conferencia sobre Desarme. Ernesto Geisel, presidente de Brasil, conoció la triste noticia mientras volaba desde el norte de su país hacia Brasilia: en pleno vuelo decretó tres días de duelo nacional y redactó las condolencias para el gobierno y pueblo argentinos. En todos los países del mundo las banderas comenzaron a flamear a media asta, incluyendo la blanca y celeste de las Naciones Unidas, enarbolada en su sede de Nueva York. Las enseñas de todos los países rindieron similar tributo en los estadios alemanes donde se jugaban los encuentros por el Campeonato Mundial de Fútbol. En cada uno de los partidos disputados a partir del 1º de julio, se interrumpió el juego por un minuto para rendir homenaje al viejo líder argentino. Igual medida dispusieron las autoridades del Campeonato Mundial de Básquetbol que se disputaba en San Juan de Puerto Rico.

En Lima, Nueva York, Brasilia, Roma, Washington y en casi todas las grandes capitales se rezaron misas in memorian del presidente muerto, y el propio papa Pablo VI le dedicó –el martes 2- la misa que celebró en la capilla privada del tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano.

La irreparable desaparición sirvió para titular los diarios de todo el orbe (las portadas de algunos periódicos porteños ilustran esta página), los que publicaron extensas notas necrológicas destinadas a resaltar la personalidad de quien fuera, por tres veces, presidente de los argentinos. A continuación se insertan las opiniones vertidas por diferentes personalidades y medios periodísticos del exterior.

Josef Broz, Tito (presidente de Yugoslavia): “El pueblo argentino pierde un gran hombre de Estado. Y el continente latinoamericano y el mundo, un luchador incansable por la paz de los pueblos”.

Giovanni Leone (presidente de Italia): “Juan Domingo Perón será recordado por el pueblo italiano por su amistad hacia Italia, constante y concretamente demostrada por el impulso dado al desarrollo de la colaboración ítalo-argentina”.

Kurt Waldheim (secretario general de las Naciones Unidas): “Fue reconocido como destacado líder de América, a tal punto que su muerte será sentida no sólo por el pueblo de su país, sino por el mundo entero”.

Alfredo Stroessner (presidente del Paraguay): “Desaparece un gobernante excepcional, un soldado leal a las tradiciones de su patria, un abanderado de la justicia social y reivindicador de los derechos de las clases populares”.

Chou En-lai (primer ministro de la República Popular China): “Perón laboró activamente durante toda su vida para reforzar la causa de la unidad del Tercer Mundo contra todo designio hegemónico. Fue un célebre estadista y desplegó en vida positivos esfuerzos por la salvaguardia de la independencia nacional”.

Walter Scheel (presidente de Alemania Federal). “El pueblo alemán guardará siempre un honroso recuerdo de alguien a quien mucho se debe en la construcción de una Argentina moderna, pues él puso énfasis en el desarrollo económico y social de su país”.

Fidel Castro (primer ministro de Cuba): “La noticia me hizo mucho daño. Tuve una terrible sensación de abatimiento y tristeza… Surgió en mi memoria la ruptura del bloqueo a Cuba que concretó el gobierno popular del general Perón. Jamás será olvidado por el gobierno y el pueblo de mi patria. Siempre será recordado aquí como un patriota latinoamericano y un amigo de Cuba y de su pueblo”.

Edgardo mercado Jarrin (primer ministro de Perú). “Perón ha sido la figura política más importante de la Argentina de este siglo. Por su carisma, sus dotes de estadista y porque supo aglutinar y movilizar a la opinión pública alrededor de su persona, el general Perón jugó un papel trascendental en la vida de su pueblo”.

Richard Nixon (presidente de USA): “En el momento que otros se habrían contentado con retirarse de la vida política, él aceptó el desafío de regresar a su país para guiar a los argentinos”.

Juscelino Kubitschek (ex presidente de Brasil): “Perón conoció el calvario y la resurrección. Al final, el destino le reservó la gloria de ser el restaurador de la democracia”.

Nicolae Ceausescu (presidente de Rumania): “Fue uno de los hijos más brillantes de América. Luchó activamente por la unidad de las fuerzas populares, por el desarrollo libre de su país, contra la dominación imperialista y extranjera, por la paz, la seguridad y la cooperación internacional”.

Henry Kissinger (secretario de Estado de USA): “La muerte de Juan Domingo Perón no sólo es una gran pérdida para el pueblo argentino, sino para todo el mundo”.

Juan María Bordaberry (presidente de Uruguay): “Pugnó por una acción iberoamericana revitalizada para llevar al continente a formas de integración compatibles con nuestra independencia y desarrollo”.

Misael Pastrana Borrero (presidente de Colombia): “No sólo fue un estadista sino uno de los conductores más destacados de América Latina”.

The Washington Post (USA): “Perón dirigió, en la década de los años 40, una transformación social en la Argentina que, al contrario de muchos otros movimientos latinoamericanos, puede ser descrito como revolución”.

O Globo (Brasil): “Hay que elogiar la moderación y el espíritu constructivo de Juan Domingo Perón”.

Borba (Yugoslavia): “Perón gozaba de un amplio apoyo en todas las clases sociales porque personificaba la esperanza hacia la emancipación social”.

El Mercurio (Chile): “Cualquier menosprecio para juzgar la personalidad de Perón constituiría una ceguera”.

The New York Times (USA): “La personalidad de Perón ha merecido sentidos elogios desde la izquierdista Cuba a las derechistas Brasil y Chile”.

Il Tempo (Italia): “Perón inició en Argentina un experimento político y social, el del justicialismo que, sobre todo cuando se lo juzgue teniendo en cuenta el ambiente en el que fue realizado, las dificultades que se le opusieron y los enemigos que tenían interés en hacerlo fracasar, no podrá dejar de ser considerado como una etapa del progreso social de América latina”.

El Comercio (Perú): “Fue un estadista extraordinario, capaz de conquistar los más altos índices de popularidad”.

Novedades (México): “La historia registrará el nombre de Perón como el de uno de los políticos latinoamericanos más singulares y polifacéticos del siglo XX y, en definitiva, rendirá un juicio positivo”.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

miércoles, 23 de marzo de 2011

Repudio de líderes socialistas europeos a la dictadura militar

El 24 de marzo de 1976 comienza en el país una dictadura que se cobró la vida de 30.000 personas y desmanteló el aparato productivo del país. Reproducimos a continuación la Declaración de los Siete, un repudio de líderes socialistas europeos de entonces al gobierno de facto.

Fuente: Baschetti, Roberto, Documentos 1976-1977, Volumen I, Golpe militar y resistencia popular, De la Campana, La Plata, 2001.

Declaración de los Siete - Junio de 1976

Nos inquieta profundamente el giro reciente de los acontecimientos de la Argentina. Sobre todo nos preocupa el hecho de que, en un año de elecciones, las Fuerzas Armadas hayan optado por el golpe de Estado como medio adecuado para ponerle fin a una situación de indudable corrupción administrativa y constantes violaciones a los Derechos Humanos.

Creemos en el camino democrático y en las soluciones políticas para los problemas de las naciones. Consideramos que las medidas adoptadas hasta la fecha por la Junta Militar que gobierna Argentina crean nuevos obstáculos en los caminos para llegar a una solución pacífica y democrática de los problemas de la Argentina, promoviendo en cambio más violencia. Entre esas medidas figuran la postergación indefinida de las elecciones, la disolución del Parlamento, la depuración del Poder Judicial, el establecimiento de tribunales militares, la ocupación violenta de la rama ejecutiva del Gobierno, la introducción de la pena de muerte, la suspensión de los partidos políticos, el control militar de los sindicatos, la supresión del derecho de huelga, la ocupación de las fábricas por tanques y el arresto de obreros que nada tiene que ver con el régimen depuesto.

Teniendo en cuenta esta situación, nos unimos a las fuerzas democráticas de Argentina para pedirles a las nuevas autoridades que adopten las medidas siguientes que, en nuestra opinión, podrían favorecer el logro de una solución democrática pacífica para el pueblo de Argentina, eludiendo el peligro actual de una guerra civil.

  1. La convocatoria a elecciones generales, sin exclusiones políticas de ninguna clase.
  2. La restauración de los derechos de los partidos políticos.
  3. La restauración de los tribunales civiles.
  4. La restauración de los derechos de prensa, de educación y de expresión.
  5. La eliminación de la pena de muerte.
  6. La restauración de todos los derechos de los sindicatos, entre ellos el derecho de huelga.
  7. Que se ponga fin al arresto indiscriminado de obreros y miembros de los sindicatos en sus lugares de trabajo.
  8. La libertad de miles de presos políticos, sin acusación ni sentencia, a veces absueltos por los tribunales, que siguen en la cárcel.
  9. Un pronto juicio y garantía para la defensa de todos los detenidos por causas políticas.
  10. Que se ponga fin a las torturas de los presos políticos y de los sindicatos, y el trato inhumano sufrido por todos los presos.
  11. El respeto y el derecho constitucional que les permite a los presos políticos optar por el exilio si no se formula ningún cargo contra ellos.
  12. Que se acuerden garantías políticas a los emigrados que opten por algún país limítrofe donde no existen tales garantías, especialmente en Chile y Uruguay.
  13. Que se ponga fin a la represión ilegal ejercida por  organizaciones terroristas, tales como la Triple A y el Comando Libertadores de América, que ha asesinado impunemente a más de 2.000 obreros y líderes de sindicatos, políticos, miembros del Parlamento, sacerdotes, intelectuales, periodistas, exiliados políticos, abogados y miembros de las familias de los presos políticos, gente común sin ninguna actividad política. Nuestro deseo es contribuir a la restauración de la paz y la democracia en la Argentina, a fin de evitar la lucha fratricida que amenaza el futuro pacífico de una gran Nación.

Firman: Ron Haywad, Gran Bretaña; Anker Jorgensen, Dinamarca; Bruno Kreisky, Austria; Francesco de Martino, Italia; François Mitterrand, Francia; Olof Palme, Suecia; Mario Soares, Portugal.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

 

La Memoria de León Gieco

viernes, 11 de marzo de 2011

RECORDAR EL 11 DE MARZO ES CONTINUAR LA LUCHA POR UNA PATRIA FELIZ

Por: PrensaBlogger

El diputado bonaerense y dirigente del Movimiento Evita, Fernando "Chino" Navarro, sostuvo hoy que la conmemoración del 11 de marzo de 1973 con el regreso del peronismo al poder, "tiene como común denominador la lucha que lleva adelante la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) para que no exista un pobre en la Argentina".

"Hoy articulo esa fecha con la lucha por una patria feliz, para que tenga sentido la democracia y las elecciones, y (la Presidenta) Cristina es la que expresa estas banderas", señaló el diputado bonaerense.

Así, para proclamar su candidatura para las próximas elecciones, la militancia kirchnerista esperará las palabras de Cristina, que prometió que estará hoy desde las 18 en el acto que organiza la Corriente Nacional De la Militancia.


En diálogo con la agencia Télam, señaló que "si bien el 11 de marzo es una fecha histórica que nos remonta a la lucha de los `60 y los `70, y culmina con el retorno del peronismo al poder y de Juan Domingo Perón tras su exilio de 18 años, hoy se potencia con la lucha de Cristina para que no haya más pobres en la Argentina".

El acto que encabezará la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es organizado por la Corriente Nacional de la Militancia para conmemorar el 38 aniversario del triunfo del peronismo tras 18 años de proscripción.

El encuentro militante comenzará a las 18.30 en el estadio de Huracán "Tomás Adolfo Ducó", ubicado en avenida Amancio Alcorta 2570, del barrio porteño de Parque Patricios.

Antes del cierre del acto a cargo de la Jefa de Estado, representantes de las distintas agrupaciones que conforman la Corriente Nacional de la Militancia -entre ellos Navarro- subirán al escenario montado delante de uno de los arcos.

La lista de oradores está integrada también por Edgardo Depetri (Frente Transversal), Francisco "Barba" Gutiérrez (Encuentro de la Militancia Kirchnerista), el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y el diputado nacional Agustín Rossi.

La Corriente Nacional de la Militancia nació en octubre pasado, con el respaldo del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, que tras una reunión mantenida con dirigentes del kirchnerismo respaldó la idea de crear un espacio en el que confluirían todas las organizaciones que apoyan el modelo político-económico iniciado en el año 2003.

Integran también el espacio, organizaciones como el Movimiento Evita, corriente Martín Fierro, el Movimiento Peronista Revolucionario (MPR), Oktubres, Frente Transversal, Encuentro de la Militancia Kirchnerista.

También confluyen agrupaciones como Corriente Martín Fierro, 25 de Mayo, Comedor Los Pibes, Corriente 17 de Agosto, Partido Comunista Congreso Extraordinario, Corriente Peronista, 8 de Octubre, Movimiento de Fábricas Recuperadas y la Unión Productiva de Empresas Autogestionadas, entre otras.

Fuente: Télam